domingo, 26 de septiembre de 2010

Left 4 Dead


Left 4 Dead está planteado para que la unidad funcional sea el grupo de cuatro. Nada de hacerse el héroe. El individualismo equivale a fracaso. Y esto es uno de sus puntos fuertes. Disfrutar de Left 4 Dead con otros tres amigos a través de Internet es una experiencia impagable. No es una mecánica nueva, pero en una situación como está, en condiciones tan desfavorables, con el factor zombie y con el aura de Survival Horror rodeando al título, desde luego que resulta revitalizadora y refrescante como pocos juegos este año.
 Los jugadores pueden comunicarse entre sí mediante voz, mucho más cómodo y directo, o con pequeñas frases seleccionables rápidamente. Esto permite desarrollar tácticas y asumir diferentes roles dentro del equipo, que en los niveles avanzados de dificultad, son decisivos: posicionarse en primera o segunda línea de fuego, proteger los flancos o la retaguardia, avisar del lanzamiento de granadas, pedir auxilio o asistencia sanitaria, serán algunos de los ejemplos. Pero la cooperación no solo se limita a estos aspectos. Cuando pierden la salud, los jugadores acaban heridos, caen a tierra pero aún mantienen la consciencia. Aún yaciendo es posible seguir abriendo fuego, pero necesitamos que un compañero nos reanime primero y nos cure después.

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